La exposición Colori dei Romani se enriquece con dieciséis nuevas obras
Desde su inauguración en abril de 2021, el proyecto expositivo Colori dei Romani (Colores de los romanos) se ha desarrollado en relación con la conservación constante e ininterrumpida de los mosaicos de las Colecciones Capitolinas y, en particular, del gran patrimonio conservado en la colección del Antiquarium Municipal. De ahí la idea de una exposición "renovable" a realizar cada cierto tiempo con las obras restauradas, que encuentran en la exposición la ocasión de su valorización, aumentan la oferta al visitante y permiten profundizar en el tema abordado.
Con este último grupo de obras, la narración de la exposición amplía su arco cronológico hasta el periodo tardoantiguo y propone tipos de objetos hasta ahora ausentes del recorrido expositivo: mosaicos con grandes teselas de mármol y opus sectile, reunidos en una nueva sección de la exposición "Los colores del mármol".
Expresión del lujo desde la época altoimperial, el uso del mármol coloreado se hizo cada vez más popular durante los años de mayor expansión del imperio, convirtiéndose en habitual en el ámbito privado y en la arquitectura pública, civil y sagrada. En la Roma de los siglos III y IV d.C., la gran disponibilidad de mármoles coloreados y los sobrantes de las grandes obras de construcción se utilizaron para diversos fines, entre ellos la creación de teselas de mosaico. Fue durante este periodo cuando se creó una categoría particular de grandes mosaicos teselados para el suelo, realizados con materiales especialmente preciosos: pórfido, serpentina, portasanta y amarillo antiguo.
Los mosaicos expuestos de las Termas de Diocleciano pertenecen a esta categoría: fragmentos de teselado con una rara combinación de mármol y pórfido hallados durante las excavaciones de 1873.
Los valiosos ejemplares de opus sectile expuestos en la muestra representan tanto la fase más temprana de producción como la más tardía, que incluye sectilia pavimenta de módulo cuadrado o cuadrado-reticular, con motivos simples y complejos, caracterizados a menudo por el uso predominante de elementos reutilizados, pero siempre con un resultado global de gran efecto. Esta producción tiene su motor en Urbe y uno de los ejemplos más tempranos de este tipo de pavimento es el de la Curia de Diocleciano en el Foro Romano, fechado a finales del siglo III d.C. Sin embargo, el mayor número de ejemplos procede de las ricas residencias aristocráticas del siglo IV, a menudo habitadas por senadores o altos funcionarios deseosos de hacer ostentación de su estatus.
La exposición también incluye un gran mosaico con motivos vegetales y aves procedente de una tumba de la necrópolis de la Vía Portuense, que salió a la luz en 1926 durante la construcción del primer tramo de la nueva circunvalación Gianicolense, cerca de la estación de Trastevere. En la exposición, el mosaico se presenta junto con las inscripciones funerarias de los difuntos, importantes testimonios epigráficos que nos proporcionan información sobre los propietarios de estas tumbas, algunos de los cuales eran de origen extranjero.