Historia del museo
La historia del museo comenzó en 1997 con el traslado de una selección de esculturas y objetos arqueológicos de los Museos Capitolinos, que en ese momento estaban siendo sometidos a importantes obras de renovación, a la central, que no había estado en funcionamiento durante algunos años.
Para no alejar las obras del público, la Sovrintendenza Capitolina ai Beni Culturali organizó una gran exposición en la Centrale Montemartini, un lugar que, por sus amplios espacios, en los que aún se encontraba parte de la gigantesca maquinaria industrial, era idóneo para experimentar nuevas soluciones museográficas.
Unos años antes, Acea había llevado a cabo la reconversión de la histórica planta, restaurando las máquinas y adaptando los espacios de la fábrica para fines museísticos. Los Museos Capitolinos han comisariado la exposición arqueológica.
La exposición, "Las máquinas y los dioses", se abrió al público en octubre de 1997 con un trazado valiente que reunía por primera vez dos mundos diametralmente opuestos, la arqueología y la arqueología industrial, creando un verdadero juego de contrastes.
El interés del público y de los conocedores consolidó la validez del nuevo espacio expositivo, hasta el punto de que pasó de ser un experimento temporal a un museo permanente en 2001.
Desde entonces, la Centrale Montemartini se ha enriquecido con nuevos espacios y nuevas exposiciones arqueológicas, mostrando muchas obras que habían permanecido ocultas en el almacén durante años.
En noviembre de 2016, tras unas obras de renovación, el museo se amplió con la apertura de una nueva sala, donde se exponen los preciosos vagones del Tren de Pío IX.